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Se humedecen mis ojos y labios…
Es nuestro adiós
y zarpo desde el puerto de tu alma
y navego
en la inmensidad de mis lágrimas
buscando el horizonte y la calma.
En este adiós
no hubo un beso
ni un abrazo
ni una mirada.
En ti, ya no había nada…
Zarpo desde el puerto de tu alma
y navego
en la inmensidad de mis lágrimas…
en busca de la calma.
Monina.
