SALAMANCA
Olor
de campo, de mi niñez,…
que aún perdura
en el baúl de mis recuerdos
junto a tus perfumes,…
aroma de nogal y mate,
de pan amasado y de rosal.
En mis entrañas llevo el calor y la ternura
de tus polvorientos caminos,
el recuerdo de tu única calle
con casas a ambos lados
y tu deteriorada vereda.
En mis vivaces ojos y en mi sonrisa
aún registro el gesto que provocaba en mí,
el maravilloso río, que verano a verano
refrescaba nuestros cuerpos,…
y de noche tu apasionado, azul y cristalino cielo…
que alimentaba tanto sueño.
Mi alma anida tus virtudes,
tus paisajes y tus murmullos,
así como las ramas anidan pajarillos.
Con tus cálidas casas de adobe,
mis oídos guardan celosamente
la sinfonía de tus sauces y arroyos,
y la caricia de tus cálidas mañanas.
Es olor del ayer de gratos momentos,
olor de mi infancia,…
olor de mis padres, tíos y abuelos,
olor de mis sueños, olor de mi inocencia.
Eres mi ayer, mi hoy y mi mañana.
14-09-2017